martes, 21 de agosto de 2012

Fotocópiame las pelotas / Mario Fernández

Recientemente tres amigos míos han publicado libros, así que voy a hacerles un poquito de publicidad gratuita.

Una cosa que recuerdo de "Fotocópiame las pelotas" es cómo me miraba la gente en el metro mientras yo me partía de risa y pensaba "esto no tiene ninguna gracia".

A pesar de lo que pueda parecer, Mario no es un psicópata; al revés, cuando nació era un tío estupendo y una bellísima persona. Es simplemente que tuvo un trabajo malo en el que aprendió a odiar a sus clientes y que le convirtió temporalmente en un misántropo. Luego tuvo otro trabajo peor, luego otro que no os creeríais, y luego otro tan impeorable que no se lo creyó ni él. Pero esto fue sólo el principio. Cuando estuvo tan alienado que temió perder el sentido de la realidad, empezó a escribir un diario en Internet para desahogarse. Luego se inventaron los blogs, y resultó que Mario ya tenía uno hecho. Años más tarde ha seleccionado algunas de sus entradas para publicarlas, y de esta forma ha salido algo que parece un diario de cuando estuvo trabajando vendiendo cámaras de fotos en una conocida tienda.

La vida de Mario es como una caja de bombones: nunca se sabe qué mierda le va a explotar en las narices, pero podemos apostar a que le ocurrirá algo humillante e innecesario. En realidad no hay trama, el libro es una sucesión de episodios reales contados con gracia, pero tan estúpidos que por separado resultan desesperantes y juntos te convencen de que el mundo necesita más arsenales nucleares. En una ocasión tras otra, Mario es agredido por la falta de sentido común de sus vecinos, clientes, jefes, o compañeros de trabajo; a veces consigue devolver la pelota, pero no se hace ilusiones, sabe que siempre tuvo perdida su guerra contra la humanidad y su idiotez. El diario acaba cuando liga con una compañera de trabajo y deciden escaparse del trabajo y hacerse sus propios jefes. ¿Final feliz? No sé, es triste observar que toda esta mierda y estos sueldos seiscientoseuristas ocurren entre 2002 y 2004, que pasarán a la historia como los años de la abundancia antes del catacroc.

Imprescindible para todos aquellos a los que les guste el humor ácido y grosero, las historias de trabajos basura, los personajes perdedores, o que necesiten revolcarse en el cieno del absurdo existencial.

Trailer publicitario. Las 30 primeras páginas. Otras reseñas: Sergi Puertas, Salva Dávila, Els llibres del Senyor Dolent, 20 minutos. Para comprar: Editorial Mi Cabeza.

Dies de porno i kleenex / Cesc Llaverias

En esta divertida novela se cuentan las aventuras de una pandilla de amigos en esa edad aterradora en la que se les ha acabado el estudiar y tienen que hacerse un hueco en la vida. De repente se marcan objetivos como buscar trabajo, encontrar un piso, y hacer otras cosas que el sistema educativo ignora; obviamente, nada les saldrá bien a la primera, pero no es para preocuparse, son jóvenes y tienen tiempo para volver a fracasar una y otra vez.

Hay dos temas centrales en las diversas tramas: la búsqueda de sexo repetible y los trabajos basura.

Sexo, lo que se dice sexo, van encontrando, pero es esporádico, pícaro, insatisfactorio e infiel. El objetivo real es asegurarse un suministro de polvos para los fines de semana, a ser posible que se ajusten razonablemente a sus preferencias sexuales y emotivas, y para ello tienen que negociar diversas situaciones. Un afortunado se reúne con el amor de su vida y otro llega a celebrar una boda sin casarse, pero, en general, hay más masturbación que otra cosa.

La búsqueda de trabajo es el otro objetivo común, pero este problema no lo pueden arreglar engañándose entre sí, así que lo llevan incluso peor que lo del sexo. La gran desilusión se la lleva un chico que hace un curso de croupier para trabajar en el Casino de Barcelona. Otro desgraciado lo hace bien en su trabajo y de repente se ve agobiado por sus responsabilidades crecientes sin compensación salarial. Me consta que las historias de otros curros se han eliminado, quizás para no hacer deprimente el libro.

Además de tratar otros temas, como problemas con compañeros de piso o vacaciones cutres, la novela ofrece una descripción de la Barcelona golfa y optimista de principios de siglo, porque los miembros de la pandilla exploran todos los garitos de la ciudad en sus correrías nocturnas en busca de sexo y alcohol.

Editorial Autor-Editor; es posible que ya se pueda comprar aquí. Pronto estará traducido al español (salió la semana pasada).

Cenital / Emilio Bueso

Este NO es un libro divertido.

Hace unos años se hablaba de novelas post-apocalípticas; ahora parece que el palabro de moda es "colapso". Por ejemplo, llevan decenios avisándonos de que la Seguridad Social acabará colapsando (quebrando); esto no será el fin del mundo, simplemente será un desastre sin precedentes. ¿Pero qué hacemos nosotros al respecto? Discutir sobre si la culpa será del PP o del PSOE, como si así pudiésemos domeñar fuerzas demográficas irresistibles.

Desde la crisis de los años 70 se nos viene diciendo que la civilización lo tendrá crudo cuando se acabe el crudo. ¿Qué hemos hecho sobre el fin del petróleo?

En Cenital aparece un líder profético, Destral, que hace algo a pequeña escala. Observa que nuestra economía no es sostenible, en particular depende demasiado del petróleo, y, aunque no puede saber muy bien qué ocurrirá ni cuándo, llega a la conclusión de que las cosas no podrán seguir así, y que lo más probable es que evolucionen hacia el lado malo. Así que organiza una ecoaldea donde poder sobrevivir sin necesitar del mundo exterior. Y efectivamente, cuando la humanidad acaba de quemar sus recursos y la cosa se pone fea de verdad (el canibalismo es sólo un paso en el descenso a los infiernos), su pequeña población fuertemente armada parece tener todos los boletos para salir adelante.

La trama de Cenital no importa demasiado; es la historia de un intento de saqueo reminiscente de Mad Max, que en realidad es una excusa para explicarnos cómo funciona la ecoaldea y presentarnos a una serie de personajes. En concreto, la principal ocupación y preocupación de la ecoaldea es la próxima burbuja, una explosión de población causada por la falta de condones.

En Cenital el mundo colapsa en 2014, demasiado cerca de nosotros. Esto le resta credibilidad, pero por otra parte hace que sus personajes sean mileuristas que se hipotecaron, promotores inmobiliarios que ganaron y perdieron fortunas, activistas del 15-M, especuladores, y otra fauna contemporánea. En otras novelas parecidas, los personajes son unos tipos raros de un siglo raro que viven en una sociedad rara con problemas raros y visten de forma rara, y que tienen la rara idea de que sus antepasados cometieron un gran error pero que ellos no tienen la culpa y han aprendido y son mejores. En Cenital, no; los personajes de Cenital somos nosotros mismos desengañados, después de darnos cuenta de que fuimos unos simples y que no vendrá un Hada Renovable a resolvernos el problema energético. En Cenital la gente piensa cosas como "fuimos unos memos y mira la que montamos", "lo vi venir y me construí un refugio", o "fue correcto saquear el planeta antes, y ahora lo seguiré saqueando mientras quede un grano de trigo que robar."

El libro tiene un cierto aire proselitista, se nota que Destral quiere convencer a sus seguidores y al lector, y está repleto de citas lapidarias sobre la insostenibilidad de nuestra economía. Explica cosas como el pico del petróleo, las limitaciones de las energías renovables, y nos convence de que "comemos petróleo": ¿sabía usted que para pescar un kilo de peces nuestra sociedad gasta más de un litro de combustible?

En resumen, es una buena novela de ciencia ficción, bien documentada y que da qué pensar. Además es muy entretenida y cuesta dejar de leerla; como en sus anteriores libros, Noche Cerrada y Diástole, Emilio Bueso consigue dosificar la información que va dando de forma que siempre tienes que leer el capítulo siguiente.